Estas son algunas de las diferentes etapas de la meditación:
Sentarse en meditación:
Podría ser difícil de controlar la mente, pero, al menos podemos perfeccionar el arte de permanecer sentados. Algunas personas incluso pueden luchar contra esto, sobre todo si viven una vida muy agitada. Sin embargo, para la meditación tenemos que ser capaces de mantener el cuerpo completamente inmóvil y relajado durante un buen período de tiempo. El estar sentado todavía es una manera básica para la meditación.
Relajación:
La etapa siguiente consiste en relajar el cuerpo y recordarnos a nosotros mismos que nos vamos a centrar en la meditación y nada más. Para ello necesitaremos quitar cualquier tensión y estrés. Podemos hacer algunos ejercicios de respiración para dejar de lado cualquier tensión que podamos tener.
La observación de los pensamientos:
La siguiente etapa consiste en observar nuestros pensamientos como estos vienen y van. No podemos esperar para detenerlos de inmediato, pero, poco a poco comenzaremos a desprendernos de ellos. Mediante la observación de nuestros pensamientos nos damos cuenta de los pensamientos son externos a nosotros, por lo que es más fácil deshacernos de ellos. Nos damos cuenta de que muchos pensamientos vienen a la mente, pero tenemos el poder de aceptar o rechazar.
Dharana:
Esta es la concentración. Cuando nos concentramos nos centramos en un solo objeto a la vez. Puede ser una vela, flor o una imagen sagrada. En el Dharana todas nuestra pura conciencia y energía se centra en este objeto. Los pensamientos vagabundos no puede entrar en nuestra mente, estos se bloquean por el poder de nuestra concentración.
Dhyana:
Este es el estado de meditación donde la mente está quieta. Los pensamientos no vienen a molestarnos. Hemos entrado en una meditación de pura conciencia y somos capaces de mantenernos a nosotros mismos en este estado fijo de la mente. En este estado, así sentiremos una sensación de paz, unidad y expansión.
Samadhi:
En Samadhi estamos completamente absortados en la meditación. En esta etapa nos hemos vuelto tan absorbidos que perdemos el sentido del yo y el mundo exterior. Nuestra conciencia se inundará con una paz infinita de luz y alegría. Es una experiencia que no se puede describir con palabras.
Finalmente le recordamos que como en todo arte a desarrollar necesitaremos de práctica.